La estructura de la industria gijonesa del acero parece carecer de las ventajas de sus similares en un contexto de mercado a la baja, ya que opera con una plantilla de trabajadores muy superior en relación a su tamaño. Esto tiene escasa incidencia en un contexto de alta demanda, pero se revierte en coyunturas como las actuales.
El grupo Arcelor-Mittal al cual pertenece hace sus pedidos a aquellas instalaciones con mayor rentabilidad. Esta situación ha derivado en que la multinacional siderúrgica sugiriera la reducción de los costes de producción, sugiriendo a la filial gijonesa la reducción temporal de su plantilla.
En la planta de Veriña los hornos producen 117 toneladas de acero en cada colada mientras que otras instalaciones producen unas 300 toneladas con una plantilla similar. El problema de la competitividad queda en evidencia con tan solo este dato de la realidad. A lo cual se le suma para el caso de la producción de lanquilla o “blooms”, en República Checa y Polonia los sueldos de los trabajadores son sensiblemente inferiores.
Pese a la negativa inicial del sindicato de reducir la plantilla aunque sea de forma temporal, la medida parece tomar fuerza frente a la propuesta de la dirección asturiana del grupo Arcelor-Mittal de efectuar un plan de cierre de las instalaciones con el objetivo de reestructurar sus convertidores a través de una inversión de 15 millones de euros (20 millones de dólares). Los trabajadores afectados en la reducción de la plantilla son 25 de los 350 con que cuenta la planta en la actualidad.
El grupo Arcelor-Mittal al cual pertenece hace sus pedidos a aquellas instalaciones con mayor rentabilidad. Esta situación ha derivado en que la multinacional siderúrgica sugiriera la reducción de los costes de producción, sugiriendo a la filial gijonesa la reducción temporal de su plantilla.
En la planta de Veriña los hornos producen 117 toneladas de acero en cada colada mientras que otras instalaciones producen unas 300 toneladas con una plantilla similar. El problema de la competitividad queda en evidencia con tan solo este dato de la realidad. A lo cual se le suma para el caso de la producción de lanquilla o “blooms”, en República Checa y Polonia los sueldos de los trabajadores son sensiblemente inferiores.
Pese a la negativa inicial del sindicato de reducir la plantilla aunque sea de forma temporal, la medida parece tomar fuerza frente a la propuesta de la dirección asturiana del grupo Arcelor-Mittal de efectuar un plan de cierre de las instalaciones con el objetivo de reestructurar sus convertidores a través de una inversión de 15 millones de euros (20 millones de dólares). Los trabajadores afectados en la reducción de la plantilla son 25 de los 350 con que cuenta la planta en la actualidad.