Accidente en válvulas de PDVSA

El pasado 25 de agosto en Amuay, Venezuela, ocurrió un grave accidente que causó la explosión de la refinería más importante de dicho país. Con un saldo de más de 40 muertos, varios heridos y pérdidas materiales, la industria petrolera vio comprometida su producción. A las pérdidas humanas y los daños deben agregarse los daños psicológicos, que causó a los trabajadores y a las personas que viven cerca del lugar que también fueron víctimas de la imponente explosión. El aspecto del lugar es de un verdadero campo de batalla, donde militares actúan, trabajando para ayudar a despejar y reconstruir.
Según las fuentes, esta explosión pudo haber sido evitada, dejando entrever que detrás de esta tragedia hubo negligencia e irresponsabilidad. El ministro Ramírez declaró que la fuga formó una nube de gas, que por causas climatológicas no se dispersó y ocasionó el accidente. Hoy por hoy, las industrias cuentan con aparatos y medidores que están permanentemente monitoreando y controlando cualquier variación en el correcto funcionamiento de la maquinaria, es inadmisible que una empresa seria espere que el clima ayude a dispersar una nube de gas provocado por una pérdida, simplemente eso no debe ocurrir. La Federación de Trabajadores del estado Falcon viene insistiendo desde hace dos años con la falta de mantenimiento de la estructura, incumplimiento de las normas de seguridad, 2 años después todavía no se ha hecho nada.
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