Lo que queda del reactor nuclear de Chernóbil será recubierto por un grueso escudo de acero. El arco revestido de brillantes extensiones de acero inoxidable, que un ejército de trabajadores construye protegidos de la radiación por gruesas losas de concreto, será delicadamente presionado sobre almohadillas de teflón para cubrir la zona cero de Chernóbil.
Se pretende que para el 2017 se sepulten para siempre los restos radiactivos del reactor que estalló y se incendió en Chernóbil en abril de 1986.
Cuando los extremos estén cerrados por los trabajadores, se podrá contener cualquier polvo radiactivo si el antiguo escudo colapsa, una persistente amenaza que nos retrotraería a la pesadilla de hace 28 años, cuando la precipitación radiactiva envenenó kilómetros a la redonda y convirtió las aldeas en pueblos fantasma.
Esta tarea anteriormente realizada por expertos internacionales pasó a manos de personal de Ucrania, lo que presenta nuevas inquietudes, especialmente cuando Rusia amenaza las fronteras de esa nación.
El arco de Chernóbil tendrá una vida útil de 100 años, el tiempo que podría tomar limpiar por completo el área, además de tener el financiamiento suficiente para continuar bien entrado el año 2015 aunque en algún momento en los próximos meses, debe tomarse una “decisión política” sobre el financiamiento adicional.