El rompehielos nuclear “Arktika” es el rompehielos más potente del mundo. Es capaz de romper hielo de hasta tres metros de grosor y transportar petroleros con un desplazamiento de hasta 100.000 toneladas. Tiene una longitud de 173,3 metros, una anchura de 34 metros y una altura de 52 metros.
El gigante requiere potentes bombas para suministrar agua de alimentación a los generadores de vapor. El calor del núcleo del reactor se utiliza para evaporar el agua en el circuito secundario. El vapor generado alimenta la unidad de turbina.
Las bombas garantizan un funcionamiento continuo durante al menos 26.000 horas y una vida útil de al menos 40 años. Como no funcionará sin válvulas de protección de alto rendimiento y durabilidad, el fabricante de bombas ruso HMS, en colaboración con el Astillero Báltico, optó por válvulas del fabricante Schroeder Valves. Cuatro válvulas de recirculación automática tipo SSV18 con un tamaño nominal DN150 y una clase de presión PN160 protegen las bombas centrífugas contra el sobrecalentamiento y la evaporación parcial del agua, así como contra los daños secundarios causados por la caída por debajo del caudal mínimo de la bomba. Garantizan automáticamente el caudal mínimo requerido. Apenas sufren fallos y requieren muy poco mantenimiento. Además, no requieren una fuente de alimentación adicional ni ningún tipo de dispositivo de control.