México. Las Cerámicas de Fosfato Químicamente Adheridas (CBPC, por su sigla en inglés) son un tipo novedoso de revestimiento, capaz de frenar los procesos de corrosión, para alargar la vida útil de los equipos, a la vez que ayuda a reducir costos y a disminuir el tiempo en que se interrumpe la producción.
Según informó la Asociación Nacional de Ingenieros de Corrosión (NACE, por su sigla en inglés) solo “el costo promedio de gastos por corrosión es estimado en 7 mil millones de dólares (aproximadamente 5.840 millones de euros) para monitorear, reemplazar, y mantener estos equipos.”
El desafío de controlar la corrosión ha encontrado diversas respuestas a lo largo de la historia, como las pinturas de polímeros y revestimientos que contienen cierto tipo de goma. Estos elementos funcionan hasta que la pintura se raspa, descascara o agrieta, permitiendo la entrada de los elementos que promueven la corrosión entre el substrato y el revestimiento.
Ante esto surgió como respuesta la Cerámica de Fosfato Químicamente Adherida, la cual combina varios beneficios que la sitúan como una mejor alternativa. Uno de estos productos es EonCoat, un revestimiento inorgánico aplicado en forma de aerosol que puede detener la corrosión, facilitar la aplicación, y reducir el tiempo de baja de la producción debido a mantenimiento. Los revestimientos de CBPC son inorgánicos, inoloros, no son tóxicos, y no contienen componentes orgánicos volátiles ni contaminantes peligrosos del ambiente. La posibilidad de retomar el servicio del equipo rápidamente, destaca a estos productos sobre los demás.
EonCoat es una compañía que fabrica el revestimiento patentado que lleva su mismo nombre. Es oriunda de Estados Unidos, pero posee representantes para Europa y en países latinoamericanos como México.
