Más de quinientas mil millas de oleoductos y gasoductos se utilizan para transportar gas natural, petróleo crudo, dióxido de carbono líquido, productos refinados del petróleo y una serie de otros gases inflamables, tóxicos o corrosivos y líquidos altamente volátiles en los Estados Unidos.
Estos ductos de transmisión son una de las formas más seguras y eficientes de transportar este tipo de carga a granel. Sin embargo, cuando se producen roturas, las consecuencias pueden ser catastróficas, con riesgos potenciales de explosión, incendio, asfixia o liberación de material tóxico al medio ambiente. El tiempo necesario para que los operadores de tuberías accedan y cierren las válvulas de cierre manual durante tales incidentes puede aumentar estos riesgos.
Un nuevo informe de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina evalúa los estándares y criterios regulatorios para decidir cuándo y si se deben instalar válvulas de cierre automáticas y controladas remotamente, llamadas válvulas de mitigación de rotura, en las tuberías de transmisión de energía. y gases ubicados cerca de áreas pobladas y ambientalmente sensibles.
El informe ofrece recomendaciones para la Agencia de Seguridad de Tuberías y Materiales Peligrosos con el objetivo de fortalecer el uso de modelos cuantitativos para la evaluación de riesgos y mejorar los procesos de gestión y verificación de integridad.