El gobierno italiano resolvió intervenir en la mayor planta de acero de Europa para evitar su cierre. Se trata de la acería Ilva que produce 10 millones de toneladas de acero al año desde su planta en Tarento. La firma tiene 15.000 empleos directos y 9.200 indirectos.
La resolución se tomó por problemas de contaminación medioambiental. El propio Consejo de Ministros ha decretado la intervención temporal y nombrado al interventor, para evitar un perjuicio económico al país por un valor de 8.000 millones de euros (10.515 millones de dólares) anuales.
Esta cifra surge de 6.000 millones de euros (7.886 millones de dólares) que supondría el aumento de las importaciones de acero, otros 1.200 (1.577) por impuestos y 500 millones (657 millones de dólares) al reducirse la capacidad de gasto de la zona.
El decreto implica la suspensión temporal de los poderes de los actuales dirigentes y el nombramiento de un interventor. La misión de este último es realizar los trabajos de saneamiento de la fábrica y una correcta gestión de la actividad productiva.
La intervención durará 3 años en la persona de Enrico Bondi quién luego de pasado este período pasará el poder a los antiguos administradores.
Los altos hornos del Ilva han sido acusados de causar tumores a la población además de producir el 93 % de todas las emisiones de partículas tóxicas en Italia.