La incorporación de Repsol en el puerto exterior implicará un impulso para las instalaciones, el cual está dividido en tres fases y cuenta con una inversión de 126 millones de euros.
Una de ellas es la ingeniería marítima, que permitirá descargar petróleo crudo a través de una terminal de 520 metros. La compañía de energía explicó: “ya está construida la estructura, el acceso por tierra y los puentes que unen los cajones. Actualmente se está construyendo la viga cantil, la galería de acceso y las pavimentaciones y vías de tránsito peatonal”.
Otra de las fases es la construcción de un poliducto de 3,8 kilómetros de longitud que contará con 11 tuberías soterradas, de las cuales dos son para el transporte de crudo y el resto para otros productos petrolíferos.
Desde marzo, ha almacenado 50 kilómetros de tuberías en Langosteira, esperando resolver el futuro de ciertos petroglido encontrados en la ruta. Repsol ha contratado a expertos que están finalizando la propuesta de protección de restos arqueológicos. El proyecto incluye la extracción, transferencia y realojamiento de los petroglifos.
La transferencia finalizara con unas modificaciones en la refinería para adaptar la instalación a la nueva tubería. La compañía precisó: “Todos los informes departamentales requeridos se han completado, incluido el último informe de Augas de Galicia, que ha sido satisfactorio y se entregó en mayo de 2020”. La compañía está esperando que el ayuntamiento complete el procesamiento de la licensia. Una vez que se complete la reubicación, Repsol abandonará su ubicación en el muelle de San Diego, y hasta 2027 recibirá una concesión y le permitirá nuevos usos.
Algunas empresas cuentan ya con instalaciones operativas en punta Langosteira y buscan ampliar sus concesiones para continuar con el desarrollo. Entre ellas esta Terminales Marítimos de Galicia, Cementos Carral o Pérez Torres Marítima