La industria siderúrgica es uno de los sectores económicos más importantes de México. Es fuente de materias primas para la construcción de ferrocarriles, grandes rascacielos, vehículos automotores, aviones, instrumentos médicos, etc.
El acero en México es clave y estratégico para el desarrollo económico del país.
Japón, Alemania, Estados Unidos, Italia, Suecia, Noruega, se encuentran a la cabeza del consumo per cápita de acero a nivel mundial, por su parte en México el acero contribuye a dar trabajo a 31.500 personas de forma directa, un 0.6% del total de la industria manufacturera. Se estima que se generan unos 11.6 puestos de trabajo indirectos por cada puesto directo, entonces las siderúrgicas mexicanas estarían dando mano de obra a más de 365.000 personas.
La actividad económica que gira en torno al acero llega alrededor del 1% del Producto Interno Bruto (PIB) total y 5,3% del PIB manufacturero mexicano.
En cuanto a innovación, las fábricas mexicanas han aportado el fierro esponja, que mediante el uso de hidrógeno y monóxido de carbono hace el material poroso y libre de impurezas, lo que facilita la obtención de acero.
El lado negativo es que la sobreoferta de acero a nivel mundial, ha impedido la posibilidad de una competencia equitativa, ha presionado los precios internacionales a la baja y ha mermado la rentabilidad, operatividad y competitividad del sector.