Las restricciones impuestas a la siderúrgica Sidor por su consumo energético tuvieron repercusiones negativas insospechadas para el gobierno venezolano. Tal es así, que tras 6 meses de aplicación, la industria venezolana que depende del suministro de acero se encuentra trabajando por debajo de la mitad de su capacidad operativa. El sector más afectado ha sido el metalmecánico, que no cuenta con ángulos, pletinas y láminas de entre 0,9 y 1,9 milímetros de espesor, flejes para la producción continúa , por ejemplo bobinas cortadas a lo largo y barras lisas tanto redondas como cuadradas.
Y como todo es una cadena, sin dichos materiales la industria manufacturera se ve afectada y el consumidor final también, ya sea por el alza de los precios ante la escasez o por la falta literal del producto.
Si bien en la actualidad Sidor está recuperando su capacidad operativa y comienza a instalar plantas generadoras de energía propia, produce un 25 % de lo que producía cuando formaba parte del grupo argentino Ternium y antes de su nacionalización.
Los números hablan por sí solos: en 2007, Sidor produjo 4,3 millones de toneladas de acero líquido, en 2008 descendió a 3,8 millones de toneladas y en este año; se esperan producir 1,5 millones de toneladas, 65% menos que hace tres años.