Europa. La industria acerera se reorganiza a pasos agigantados en Europa, con la creación de un proyecto conjunto entre dos gigantes del área: ThyssenKrupp y Tata Steel. Sin embargo, surgen dudas sobre su plan de estimular la competitividad y recortar costes por los compromisos de empleos.
La fusión se viene atrasando desde hace dos años, debido principalmente a los procesos de negociación con los sindicatos y a las objeciones de inversores activistas.
La firma del acuerdo entre Tata Steel y ThyssenKrupp proyecta un plan conjunto a partes iguales, que tiene como objetivo combinar sus operaciones de producción de acero. El histórico acuerdo crea así al segundo mayor grupo de la región, con ingresos estimados en 17.000 millones de euros (aproximadamente 19.880 millones de dólares) y 48.000 empleados.
No se esperan operaciones similares para el corto y mediano plazo. Los especialistas afirman que esta fusión es vital para el segmento del acero, que viene afectado por el exceso de capacidad, las importaciones baratas, y la mala noticia de los aranceles estadounidenses.
Cedar Ekblom, analista de Bank of America Merrill Lynch, afirmó: “Un mercado más consolidado, generalmente tiene más fuerza sobre los precios y disciplina. La lógica detrás del acuerdo es posicionar al nuevo grupo como un productor de menor coste que las dos entidades separadas”.
Para dar inicio a sus operaciones, el grupo debe obtener la aprobación de las autoridades antimonopolio de Bruselas.