En el area del volcán Turrialba, en Cartago- Costa Rica, una pieza de acero colocada a la intemperie puede desaparecerse por completo en tan solo un año. Este hallazgo fue realizado por la Escuela de Ciencia e Ingeniería de los Materiales del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) y el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica, de la Universidad Nacional (Ovsicori/UNA) durante una investigación en el citado volcán.
El descubrimiento no es otro que el de un proceso extremadamente acelerado y completamente natural de corrosión. Este efecto es provocado por el microclima del volcán; su humedad de más del 80%, la enorme concentración de gases de entre 200 y 700 toneladas de dióxido de sulfuro (SO2) al día, hacen que el ambiente sea enormemente corrosivo.
Una pieza de acero en estas condiciones no dura más de un año sin desintegrarse. Sin ninguna duda, no es el ambiente de Venus que tuvieron que soportar las sondas espaciales, que solo duraron algunos minutos en la superficie, pero sí que se trata del ambiente más corrosivo del planeta Tierra.
Este ambiente supera en muchos factores la categoría C5, que es la máxima categoría que se emplea para medir la velocidad en que se desgastan los materiales en el entorno.
Los estudios mencionados sirven para determinar cómo proteger las piezas de acero en ambientes altamente corrosivos.