Los productos elaborados con acero cada vez se reciclan más en todas partes del mundo. La conciencia ecológica de los consumidores, así como los beneficios que supone el reciclado para las siderúrgicas, están impulsando el reciclado en todo el planeta.
El reciclado del acero reduce el consumo de energía, la utilización de otras materias primas y también provoca una disminución sustancial de las emisiones contaminantes. Si bien las industrias son las principales beneficiarias del reciclado, también dependen en gran medida de los consumidores. Son ellos los que inician el proceso al depositar el producto elaborado con acero para su reciclaje en los lugares correspondientes. Una ventaja del acero sobre otros productos a la hora de reciclar es que hay innumerables elementos fabricados en acero tan diversos como los materiales de construcción, los electrodomésticos o los relativos al sector de la automoción.
El reciclado del acero es fundamental para que los países industrializados y en vías de desarrollo puedan cumplir el protocolo de Kyoto sobre emisiones, ya que cada producto de acero ahorra una vez y media su peso en CO2 al reciclarse. Además, su empleo conjuntamente con el acero de fábrica reduce el consumo de energía en un 70%.
Otros datos importantes son que por cada tonelada que se recicla, se ahorra una y media de mineral de hierro, además de 500 kg de carbón y un 40% menos de agua. Según datos de APEAL, Asociación de Productores Europeos de Acero para Envases, el reciclado de acero va en aumento año tras año. Por tanto, el planeta lo agradece y las compañías siderúrgicas también.
